Abril 2017 Natación en los niños
Dra Virginia Altuna.
Medica Pediatra. Especialista en Terapia Intensiva Infantil.
La
natación es uno de los deportes más completos que existen, sus ventajas y
beneficios son reconocidos por pediatras y expertos. Además el conocimiento del
niño del medio acuático le proporciona un seguro de vida para evitar que puedan
ahogarse en el agua.
El medio acuático es el espacio físico más completo que
existe para el desarrollo de las aptitudes físicas, psíquicas y neurológicas
durante la infancia.
No
existe unanimidad respecto qué edad es la mejor para que los niños comiencen las
clases de natación.
Algunos apuntan que desde el primer mes de vida un bebé está preparando para
empezar a aprender a flotar aunque no es hasta los cuatro años cuando el
aparato locomotor está lo suficientemente desarrollado como para nadar. El agua no hace
daño, no golpea, mantiene el peso del bebé,
le permite desplazarse aunque todavía no lo haga en
tierra firme, y le
proporciona una grata oportunidad para reconocer su cuerpo, el espacio y los
objetos.
A
la iniciación de los bebés en la natación se le denomina de diferentes maneras
pero no tiene nada que ver con lo que se entiende por aprender a nadar, es una actividad lúdica para
realizar un acercamiento al agua, a la vez que desarrolla su cuerpo, estimula
su inteligencia y va ganando destrezas. Antes de los 4 o 5 años el niño no aprenderá a nadar, pero puede llegar a ser
autónomo en el agua. Cuanto más temprano
sea el contacto con el agua, mejor será su adaptación y más fácil le resultará
aprender.
Mientras
que antes se esperaba a los 3 ó 4 años para iniciar a los niños en el mundo
acuático, en los últimos años la matronatación es
una de las actividades más demandadas por los padres con bebés.
Con la natación, niños y bebés
adquieren muchos beneficios:
- Adquieren coordinación y
equilibrio.
- Mejora su resistencia
- Relajan al niño o al bebé si
se trata de ejercicios moderados
- Aumenta el apetito
- Ejercitan todas las partes
de su cuerpo
- Propician un mejor
desarrollo físico, psicológico, e incluso social.
- Ayuda al bebé a
iniciar la socialización sin traumas.
- Amplia el
horizonte de los juegos compartidos.
- Activa la diversión y el espíritu de juego.
- Consolida los vínculos de afecto con sus familiares.
- Introduce conductas de autocuidado.
- La convivencia les ayudarán a relacionarse mejor y
compartir actividades junto a otras personas.
Razones para nadar
- Controla el peso corporal, lo que previene la obesidad en niños (y el 80 por ciento de niños obesos lo serán también de adultos).
- Ayuda a mantener la presión arterial más bajas.
- Baja la concentración de colesterol en sangre: reduce el desarrollo de la arteriosclerosis desde la infancia.
- Disminuye los niveles de glucosa en sangre debido a que el ejercicio aeróbico produce una mayor sensibilidad a la insulina. Por ello, reduce las necesidades de insulina en niños diabéticos.
- Contribuye a aumentar cualitativamente la capacidad de esfuerzo físico en niños, condicionando una mejor respuesta cardiovascular.
- Mejora la flexibilidad, coordinación, agilidad, velocidad y fuerza muscular.
- Saber nadar puede favorecer la socialización y la solidaridad; tener nociones de salvamento y poder ayudar en una situación real es un valor agregado en el aprendizaje.
- El uso del bañador hace que se muestre la propia imagen, la real. Esto permite conocerse y respetar a los demás. Además, el contacto personal favorece las relaciones interpersonales y ayuda a superar miedos.
- En niños con problemas neurológicos y parálisis cerebral, el medio acuático a 28 grados de temperatura hace que los músculos y el sistema nervioso pasen del estado de tensión al de relajación.
Consejos y precauciones
- Iniciar la natación de forma progresiva e ir aumentando lentamente la duración de las sesiones para evitar sobrecargas musculares.
- Ducharse antes y después del baño.
- En las duchas, utilizar calzado para prevenir las infecciones por hongos en los pies.
- Dentro de la piscina, emplear de gorros y antiparras para prevenir las irritaciones en los ojos causadas por el cloro.
- En la natación al aire libre se debe utilizar protector solar antes y durante la práctica del deporte, y evitar las horas de máximo sol y calor.
- Los niños pequeños aprenden a nadar de una forma divertida y saludable.
- Saber nadar es una medida de seguridad. No hay que olvidar de que existe un gran porcentaje de accidentes por ahogamiento de niños.
La importancia de la natación
para los niños en invierno:
El suponer que el nadar durante el invierno expone
a los niños a padecer más enfermedades ya que pueden enfriarse al salir a la
calle con la “cabeza mojada”, es absolutamente falso.
Durante el invierno algunos padres deciden no llevar a
sus hijos a las clases “como medida de precaución” para evitar que se enfermen.
Sin embargo, cuando regresan clases en primavera, con frecuencia estos niños estuvieron enfermos durante los meses de
invierno. Se perdieron los beneficios de nadar y algunos hasta perdieron las
habilidades que habían adquirido
La idea de que nos resfriamos o enfermamos por estar
expuestos al aire frío durante el invierno no es real; no hay evidencia
científica de que esto sea un factor. Los resfrios y la gripe se transmiten por
el contacto casual con una persona infectada.
Por lo mismo, existe una regla de oro a seguir: si su
hijo está enfermo, manténgalo en casa para minimizar los riesgos. Esta regla de
sentido común aplica para cualquier época del año, y no sólo durante el
invierno.
Los niños que nadan durante el invierno mantienen la
continuidad y aumentan sus habilidades puesto que practican cada semana. Pero
lo más importante es que los niños que nadan durante todo el año tienden a ser
más saludables que los niños que no lo hacen.
Lo mejor es preguntarle al pediatra su opinión
Consideraciones
finales:
Aunque nuestros niños concurran desde muy chiquitos y
durante todo el año a clases de natación, debemos recordar las normas básicas
de seguridad y nunca deben quedarse solos sin supervisión de un adulto
responsable cerca de una fuente de agua (sea piletas, mar, o simplemente la
bañera cuando son pequeños).
El ahogamiento es en nuestro país la segunda causa de
muerte, de 1 a
15 años (detrás de los accidentes viales). Por debajo de los 5 años, esto
sucede generalmente en piscinas de clubes o familiares, con la presencia más o
menos cercana de adultos.
Los preadolescentes y adolescentes se ahogan generalmente
en aguas oscuras en movimiento (arroyos, ríos, mar), incluso algunos que nadan
aceptablemente.
La principal causa de que esto suceda es el incumplimiento parcial y a veces casi total de
las pautas de seguridad:
Estas consisten en:
• Incentivar la enseñanza de la natación
• Explicar y publicitar los “factores de riesgo”.
• Evitar brusquedades o violencia, en todas sus formas,
sobre todo en adolescentes.
• Jamás ingresar al agua en el período posingesta de
alimentos en cantidades significativas y menos aún de alcohol o drogas.
• Pedir auxilio ante la menor señal de riesgo o
dificultad, en la forma más accesible.
• Son más frecuentes los accidentes en varones
(proporción de 3-1 a
4-1 respecto de las niñas).
Condiciones para
una “pileta segura” constituyen, en la práctica, una de las normas menos
observadas en nuestro país, tanto en clubes como en natatorios privados:
• Cerco perimetral
completo de 1,30 m
de alto como mínimo, enterizo o con barrotes verticales separados por una
distancia máxima de 10 cm
(jamás barrotes trasversales que faciliten el “efecto escalera”).
•El cerco debe
tener una puerta única con un mecanismo de apertura-cierre no accionable por
niños pequeños.
• No dejar mesas, sillas o reposeras próximas al cerco,
que faciliten su escalamiento.
• Los bordes y el piso de la piscina deben ser de
material antideslizante, para todos.
•Las escalinatas de acceso deben ser de poca pendiente y
tener escalones anchos, rectos, con baranda al menos de un lado y piso
antideslizante.
• Las piletas “inflables” o “desarmables” que no cuenten
con cerco, deben ser siempre vaciadas totalmente luego de su uso diario.
Los recipientes de “tipo piletón” (especialmente para
menores de 2 años) como bañeras inflables, palanganas, baldes y tambores, deben
permanecer siempre vacíos.
•Las bocas de succión de piletas medianas o grandes deben
estar recubiertas por una rejilla de trama estrecha (deben impedir que entre la
mano o el pie de un niño).
• Para uso nocturno, la piscina debe tener una iluminación
aérea “a giorno”. Las luces en las paredes de la piscina jamás las reemplazan y
requieren una instalación absolutamente hermética y eléctricamente segura.
El método de “visión
directa permanente” es el más efectivo y menos costoso.
Fuente: Consenso Nacional de
Prevención del Ahogamiento. “El niño y el agua”. 1a parte
Consensus on drowning prevention. “The child and the water”. 1st part
Arch Argent Pediatr 2009; 107(3):271-276 / 271
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